Es
el que los desarrolladores pueden transferir al comprador. Se anunciaría sobre
la segunda parte del año y es clave para que se reactive la obra nueva pensada
para la clase media. "Hoy la demora en las escrituras de las unidades
terminadas hace que no sean aptas para el crédito", explica Hernán
Nucifora, socio gerente de la desarrolladora Global Investments, quien negocia
un crédito puente con una entidad oficial pero los números no le cierran. Las
tasas rondan el 26 por ciento y se hace inviable. "El costo financiero
para un crédito de $180 millones era de $ 40 millones en tres años",
detalla. De todas formas para que avance, hay que resolver otro tema clave para
el sector: los tiempos de los procesos administrativos. Las habilitaciones,
permisos y finales de obra. Hoy escriturar una unidad nueva pueda demandar más
de un año y medio. "En Perú por ejemplo existe la figura hipoteca de bien
futuro que permite hipotecar la unidad en construcción".
martes, 4 de abril de 2017
Vía libre para ajustar
Una
de las noticias de las últimas semanas es que después de 20 años se permite la
indexación en el sector a través de medidas de ajuste. Es decir se habilitó el
uso del UVA y el UVI para actualizar cualquier contrato en la cadena: desde el
constructor hasta la comercialización y la escrituración. Es una unidad de
cuenta que hace posible las transacciones del sector que son de largo plazo en
un contexto de inflación. El sistema es similar al modelo chileno que utiliza
la Unidad Funcional (UF) para la adquisición de cualquier bien durable y que
logró sacar el chip de hablar en dólares. "Las compañías constructoras
preferirán pactar en UVIs mientras que los compradores en UVA que se ajusta por
inflación", analiza Gustavo LLambías, Vicepresidente de la Asociación
Empresarios de la Vivienda, la entidad que reclama esta iniciativa desde 2009.
Hoy la mayoría de la oferta de hipotecarios se ofrece en UVA. "Está se
actualiza por la evolución del CER en base al índice de precios y se considera
más previsible mientras que UVI se actualiza por el costo de la
construcción", justifica Carlos Valdez Ocampo, consultora especializada en
tasaciones.
UNA REALIDAD O FICCIÓN
En
un país que tiene un déficit habitacional de 3,5 millones de viviendas. Las
constructoras generaron fideicomisos al costo, un modelo en el que el riesgo se
atomizaba entre varios inversores que pagaban las unidades durante la obra.
"Se ajustaba por el índice de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC)
y si se excedían los costos se agregaban cuotas adicionales. No había inversión
de riesgo".
Otra forma la
financiación modular en proyectos más de cinco años que se planeaban por etapas
en los que los compradores comenzaban pagando cuotas bajas hasta la posesión en
la que aumentan considerando que la persona deja de pagar un alquiler.
"Fue una forma de acercarse a la demanda".
Con la irrupción del
crédito hipotecario cambia la foto del mercado. "Se modifica la lógica del
negocio del desarrollador y hasta de los propios alquileres que eran un mal
necesario para quien no podía comprar. Habrá mayor stock de unidades habitacionales
y casas". De esta forma, se anticipan los primeros cambios que prometen
cambiar las reglas del sector.
Se
dejará de construir sólo para el inversor
La demanda por parte de
quien compra una vivienda para habitar incrementará la exigencia en la calidad
constructiva, las terminaciones y los proyectos. El crédito obliga un
replanteo. Igual, el inversor no quedará fuera de la partida. Será clave a la
hora de apostar a barrios que necesitan desarrollarse. Un punto que pone en la
agenda, la necesidad del trabajo en conjunto público-privado.
El
futuro de los precios
Con un costo de la
construcción en su máximo histórico -entre los S17.600/m2 y los $24.000/m2,
sumado a un precio de la tierra en alza y en un contexto inflacionario que
ronde el 20 por ciento, es impensada una posible baja de precios. Sin embargo
los analistas del mercado financiero advierten que los valores deberían bajar
por la brecha que existe entre salarios y valores de las propiedades. "Con
un salario anual que promedia los $ 208.000, no cierran en la Argentina los
niveles del costo de construcción. En Estados Unidos el sueldo anual promedio
es de US$ 53.000 y en España US$ 36.000, mercados en los que el costo ronda los
US$ 700/m2", relata Mariano Sardans, CEO de la gerenciadora de patrimonio
FDI. Su mirada es que la ineficiencia se genera en los sistemas constructivos,
y aclara que no tiene relación directa del costo de la mano de obra. "En
el país se tarda dos años en construir un edificio mientras que en otros países
tres meses", advierte y aclara que hay empresas locales que producen
paneles o materiales para construir de una forma diferente. "Cuando esos
sistemas se instalen el costo de construcción bajará y los valores de las
propiedades también y quien toma un crédito terminara pagando una propiedad más
cara", afirma.
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